La cerveza San Miguel es una de las marcas más famosas en España, aunque su origen está a más de 12,000 kilómetros, en el sudeste asiático. En 1890, un grupo de empresarios españoles fundó la primera cervecera en esa área, concretamente en Manila, la capital de Filipinas, que en aquel entonces era una colonia española. El nombre “San Miguel” fue elegido porque la apertura de la fábrica coincidió con el 29 de septiembre, día de San Miguel, y además, la ubicación de la planta era en un barrio llamado igual.
Desde sus comienzos, la compañía experimentó un significativo crecimiento. Para 1903, ya había ampliado su presencia a lugares como Guam, Hong Kong y Shanghái, tres de los puertos más activos de aquel periodo. En 1930, la cerveza llegó a Estados Unidos, y para 1940, se había establecido como la más popular en toda Asia.
Aunque había tenido éxito internacional, San Miguel todavía no estaba presente en España. No fue sino hasta 1954 que la marca finalmente abrió su primera fábrica en el país, situada en Lleida, aprovechando las aguas del río Segre para la producción. Más tarde, en 1966, se inauguró una segunda planta en Málaga, lo que permitió aumentar su capacidad de producción y distribución en el territorio español.
A pesar de su éxito internacional, San Miguel aún no tenía presencia en España. Fue en 1954 cuando la marca finalmente estableció su primera fábrica en el país, ubicada en Lleida, aprovechando las aguas del río Segre para la producción. Posteriormente, en 1966, inauguró una segunda planta en Málaga, lo que permitió ampliar su capacidad de producción y distribución en el territorio español.
En la actualidad, San Miguel está presente en más de 40 países y se ha consolidado como una de las cervezas más consumidas en España, solo por detrás de otras marcas nacionales. Su historia es un claro ejemplo de cómo una iniciativa empresarial puede trascender fronteras y convertirse en un referente global en la industria cervecera.